Es una villa veraniega distante a 10 kilómetros de la ciudad, conocida por su clima fresco, magnífica vegetación y bañada por arroyos cristalinos.

Sus colinas albergan una importante variedad de flora y fauna, perteneciente al verde de la Yunga.

Todo el año se realizan caminatas, cabalgatas, paseos en bicicleta, excursiones en cuatriciclos y safaris fotográficos, en senderos circundados por arroyos con sonidos de ensueño.

 

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